La condición

La condición

viernes, 21 de agosto de 2015

$~!

Antropología silvestre

En lo profundo de las superficies escarbamos
Escarbamos el anhelo de la desconfianza
Escarbamos en el ruido y las indiferencias
hasta apresuradas desmesuras climatológicas
Apurando versos entre voces libertarias
Danzando contracorrientes en pos de rebelión
Convocando adrede con alevosía
Escarbamos en oídos saturados de algarabía
Escarbamos no lugares de enjambre objetivo
Y lo hacemos a la usanza unpocoyadescuando
Escarbamos los depósitos de orbes posibles
En la entonación que pule hasta los defectos
Escarbamos escarbando en la imaginación
En la aparente premura de vocablos
Que florecen cada vez más estrujados
Que destellan o canturrean o se oscurecen
Volviéndose memoria y olvido de unos cuantos
Que escarban y hurgan fragores y fogonazos
de icógnitos desatinos que toca escarbar
Evocando la exquisitez de una presencia ida
Que así conmemora hasta las defraudaciones
Por guardar una mínima deferencia
acento en la sensación de sensibilidad
Pues allí también escarbamos
entre proximidades de apariencias
En la premura de la vida que se disloca
Rotulando las puntadas del presente
Donde, cuandodonde, sí, escarbamos
Y hacemos un agujero de delirio temporal
Y viajamos a escenarios desvencijados
Y antiguamos y escarbamos más y sin reservas
Cualquier llovizna tropical es tradición
de un ruinoso abolengo en desuso
Y se asume entre augurios de histeria baldía
escarbando en el entorno a donde irrumpe
con su manera de ser tan espacial y comedida
Y así nos entregamos
con brioso afecto y salvaje devoción
al añoso amparo de incisivas forjas
y empinadas maneras
de Ntra. Sra. de la Escarbación
Y que se venga lo que se venga
Que nosotros escarbamos


De una parte acá, de un tiempo a acá
Soy el que castiga la mano que sujeta la daga
     para matar impunemente
El que divide las ventajas de los colonizadores
     de su propio pueblo
que fustiga las rudas manías y demás indecencias
infligidas por los imperios
que amolda rústicas simetrías a sus semejantes
mientras abraza en nieblas de ternura metafísica
El que hace sus deberes sin que se lo pidan
El que busca en los abrojos si hace falta
que blande su esperanza de no tener que asesinar
mientras vigila el amor de los mortales
El que remeda un tentempié de desconfianza
que acompaña tu andar hasta y donde procedas
El que funda su experiencia en la maña abandonada
que reta a la costumbre de dejar que se haga daño
y el que artimaña revueltas pos apocalípticas
     si también hace falta


entiendo tu negligencia, la comparto en la misma proporción
confiamos en que nos salgan bien las cosas, y nos salen bien
si nos fijamos en el resto descompuesto
que hemos dejado atrás, dispersado por doquier;
pero podría ser mejor, simplemente nos negligentamos,
a la espera de un trance depredativo o sublimatorio
en el qué irrumpir, sin subjuntivar vaguedades
ni reproducir abstinencias de creatividad.
Entiendo ese delirio, lo comparto en la misma proporción
Incluso entiendo que va mucho más allá del desespero,
Subyace y se encuentra en el terreno de la disciplina,
el más movedizo de todos los suelos,
donde el horizonte se revela como la boca de un cráter
y el mundo en un criadero de malvivientes
que acaparan en un abrazo inmensual
aquello que mejor les satisface
los exquisitos traumas de un trance remoto y arrebatado.
Entiendo tu desprecio, lo comparto en la misma proporción
Sólo queda una cosa por hacer, volverse multitud
Y cambiar la escena, arriesgarse a tener que desconfiar
todavía más, y dejar de improvisar estándares en serie
créeme que te entiendo, ...el hacer que pase...
...y es el trabajo de toda una vida,
...una miserable vida humana...
una entre millones de millones
según antiguas mitologías,
así que sí, entiendo tu marginalidad
y también la comparto en la misma proporción,
dejamos que, simplemente,
pase todo lo que tiene que pasar
y que más y más cosas transcurran irrevocables
hasta que se vuelvan obsoletas para un fin particular
y no puedan ser recicladas, con prístina eficiencia,
Dèsas desacostumbradas, que al fin y al cabo
¿Quiénes somos, y a quién le debe importunar?, ¿
qué respalda con suficiente precisión a la otredad,
y a quién le concierne, ya entrados en gastos,
inmolar el orgullo superpuesto?
Ese con el que nos hemos Acostumbrado
malquebienmediocremente a menospreciarnos
como si los seres prescindibles, si realmente los hay,
seres en los cuales ejercer la aniquilación
surgieran de una línea de manufactura irreparable
...entiendo tu indignación por la indignidad
y la comparto en la misma proporción
nos arrebata una violencia fiera
que es mejor evitar, hasta donde se pueda,
un veneno tan tóxico que de usarse
acabaría de un plumazo hasta con el portador.